Hemos salido del hotel con nuestro autocar particular, pasando por el barrio de Miramar. Este barrio ya no tiene la estructura urbanística colonial de la Habana clásica, sinó que es una réplica del abominable urbanismo estadounidense, de grandes calles para los vehículos, y casas lujosas unifamiliares que son auténticos palacetes, y que actualmente, muchas de ellas, son las embajadas en Cuba (una excepción es la embajada española, que está en el malecón).
Es ésas estábamos, cuando el autocar se ha estropeado y hemos tenido que esperar unos 45' a que nos trajesen otro autocar. El día estaba soleado, y ha hecho calor, pero esto es Cuba.
Hemos continuado hasta la provincia de Pinar del Río, y hemos parado en la Finca Montesino, donde el señor Montesino nos enseñó el secadero de hojas de tabaco, y tras hacernos su hijo una demostración de enrollar puros, hicimos una degustación múltiple: de puros, ron, café y jugo de caña de azúcar. No va más!
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| Degustando un jugo de caña de azúcar. Luego saldría por dónde saldría |
De ahí cogimos el autocar en dirección al Mural de la Prehistoria. Este mural, de 120x80m de tamaño, está situado en el valle de Dos Hermanas, en el Parque Nacional de Viñales. Lo pintaron descolgándose con arneses de paracaidistas, mientras el artista daba indicaciones desde abajo con un micrófono, el listo.
| El Mural de la Prehistoria, antes del diluvio |
Y en esas estábamos comiendo en el restaurante de justo al lado, mientras un camarero se encargaba de espantar con un látigo (!?) a unos gatos que nos pedían comida metiédose bajo la mesa. Realmente era más molesto el hombre que los gatos (lol). Y se puso a diluviar. El cielo se desplomó sobre nuestras cabezas, y se acabó el día de excursiones: no pudimos ir a ver la Cueva del Indio, ni dar el paseo en bote por el río que recorre su interior, por ser peligroso. Tampoco sirvió de nada subir al Mirador de Viñales de Cuba, porque la niebla no dejaba ver nada a poco más de 50m.
Así que hemos ido directos de vuelta al hotel de La Habana, donde hacía sol (!) y hemos acabado en la piscina del hotel, dándonos un baño antes de cenar.
Para cenar, hemos ido al famoso Floridita. Del Floridita se dice que es uno de los siete bares más famosos del mundo según la revista "Esquire". Se le conoce como la cuna del Daiquirí y se dice que Ernest Hemingway (que lo frecuentaba habitualmente) se tomaba 24 daiquirís cada noche. La verdad, música en directo, bar precioso, y comida normalita.
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| Posando con Hemingway en La Floridita |
Lo mejor/La sorpresa del día: Haber salido del barrio de La Habana clásica. Ver el barrio de Miramar, y otros, en un estado mucho mejor que lo que habíamos visto (sí, pobreza y falta mantenimento, pero tampoco tanto; venía a ser lo que esperábamos encontrar en La Habana - y no Saigon).
Lo peor/La decepción: La lluvia, que nos ha chafado el día. Hemos hecho 7 horas de carretera, para ver una tabaquera y tabacalera, y ver un mural que es grande, sí, pero... la lluvia nos ha aguado el día.




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